Homenaje al Maese Rodrigo Fernández de Santaella

Hay hombres de Fe y Ciencias que no tienen la celebridad que debieran en proporción a su sabiduría, méritos y labor. Uno de estos hombres es el Maese Rodrigo Fernández de Santaella, que reside oculto para la sociedad media, pero que no debe permanecer en la oscuridad a la erudicción de nuestro tiempo.

Fue su ciudad natal la Romana y Católica Ciudad de Carmona el 15 de Diciembre de 1444, concebido en el seno de una familia numerosa y pobre. Desde aquel tiempo supo reconocer la virtud de la pobreza y el error de la miseria, la prevalencia de lo espiritual y la abyección de lo mundano y lo material. A los 23 años de edad, allá por 1467, ya sobresalía en sus estudios de Teología, hecho que le llevó a ser presentado por el Arzobispado y Cabildo de Toledo para una beca en el Colegio de San Clemente de los Españoles en la ciudad de Bolonia, Italia. Fue en esta ciudad y en su etapa como doctorando cuando el Maese Rodrigo percibió los dones depositados en él, culminando formaciones en derecho, teología, filosofía, y rematando con una distinguida y refinada Retórica del tardoescolasticismo. Así pues, el trabajo, el estudio y la conquista de las artes y las ciencias no constituían para Santaella un mero medio de ascenso social y de abundancia, que renunciaría a todo ello, sino un instrumento encomendado al servicio de la Fe Católica y de la Patria.

Tal fue su saber que lo llevó a ocupar cargos guardados a las altas intelectualidades de la época como consejero y confesor de los Reyes, predicador del Arzobispado de Sevilla y corrector de clérigos, que a través de este último cometido llegó a consumar su obra más predilecta y éxitosa, Vocabularium Ecclesiasticum, dedicado personalmente a la Reina Isabel la Católica, del que se conocen más de ochenta ediciones hasta finales del s. XVIII.


"por quien vuestros reynos han sido restaurados y reformados en todos los estados a la integridad de la Fe y de la Religión y Sanctas Costumbres" dedicatoria a la Reina Isabel la Católica en Vocabularium Ecclesiasticum del Maese Rodrigo






En pleno siglo de escritorios excelsos y mentes egregias, predomina su método de análisis y estudio. Mismamente, en esta faceta, se concreta en el Maese uno de los mayores atropellos contra la propiedad intelectual vistos en la Historia. En un artículo escrito en 1957 por el que fuere Profesor de Historia en la Universidad de Harvard, Francis M. Rogers, declaró, refiriéndose al Maese Rodrigo, que "debería ser considerado por los estudiosos como el punto decisivo en la historia de la idea del descubrimiento de un nuevo mundo, y no las cuatro páginas insignificantes con un título atractivo de Amérigo Vespuche, que dio injustamente su nombre al nuevo continente", atrasándose Vespucio al descubrimiento intelectual del Maese por varios años.

Y es que en su traducción del libro de los viajes de Marco Polo, edición de 1503, el Maese refutó a Colón, al aludir, el insigne almirante, al Nuevo Mundo como las Indias, dirigiéndose a éste y demás confundidos en el prólogo primero del "Libro de las Maravillas".

"porque muchos vulgares e aun hombres de mas suerte piensa que Antilla, o estas islas nuevamente falladas por mandado de nuestros muy catolicos rey don Fernando e reyna doña Ysabel, son en las Indias, son engañados por el nombre que le pusieron de Indias (...) No se puede creer tal porque nazca el sol o por fallarse oro, ni creerse que es Asia (...) e una nueva tierra y mar que no conoce ni hombre ni auctor" Los Viajes de Marco Polo, Prólogo Maese Rodrigo al lector, 1503

El Maese no solo brilló por su eminente conocimiento. Entregó su vida a la evangelización, a la prédica de los conversos y a la corrección catequética y teologal de los herejes, valiéndose de una rígida formación doctrinal, una convincente oratoria y de una profunda espiritualidad, formas fundadas en una concepción paulina de la Caridad. Así se refleja en sus más de cuarenta años en el púlpito de la Catedral de Sevilla. También destacó por su labor y misión con los más pobres, siendo menester señalar que ideó y fundó el Colegio-Universidad de Santa María de Jesús, institución precursora de la actual Universidad de Sevilla. La constitución de dicho colegio lo muestra explícitamente:

"Los Colegiales habrán de ser pobres, entendiendo por tal el que no tenga 620 ducados anuales y si tiene padres, estos no tengan 600 ducados de renta, siendo siempre preferido el más pobre, el huérfano de padre y madre al de solo uno de estos, debiendo el admitido hacer juramento sobre esto, pues para ayuda a los pobres se hace la fundación, y si el colegial mejorase de fortuna, está obligado a declararlo y salirse del colegio en término de dos meses" Constitución XII del Colegio de Santa María de Jesús, 1506

Desde 1503, con la compra de un solar en el sitio de Puerta Jerez de la Ciudad Hispalense, destinó todas sus rentas a hacer realidad aquel Colegio hasta el fin de sus días, "pues ha sido edificado por amor y reverencia a Jesús y a su gloriosísima Madre la Virgen María" (Constitución I).

Después de una vida encomiable, el Maese Rodrigo llega a nuestros días postergado en los rincones más desidiosos de las cátedras y bibliotecas, quizás porque no deja margen a una contaminación ideológica o de intereses adulterados a los que han sido sometidos grandes doctos y eruditos, o tal vez porque los designios de nuestras instituciones se contraponen a la alcurnia y gallardía de tan gran Maestro.


Que el testimonio y la herencia que nos guarda el Maese Rodrigo Fernández de Santaella nos guíe hacia la conquista del pensamiento y hacia la militancia activa en pos de la Verdad (Jn 14:6).


Fernando Galera Escudero